jueves, 11 de agosto de 2016

Hepatitis C

Es una enfermedad infecciosa que afecta principalmente al hígado y es causada por el virus de la hepatitis C (VHC).La infección aguda es por lo general asintomática, pero la infección crónica puede producir lesión en el hígado y a la larga originar cirrosis.
En algunos casos, los pacientes con cirrosis también presentan insuficiencia hepática, cáncer de hígado y varices esofágicas potencialmente fatales.

Causas

La infección de hepatitis C es causada por el virus de la hepatitis C (VHC).

  • Se puede contraer la hepatitis C si la sangre de alguien con hepatitis C ingresa a su cuerpo. La exposición puede ocurrir:
  • Después de una punción con aguja o una lesión con objetos cortopunzantes.
  • Si la sangre de alguien que tiene hepatitis C entra en contacto con una cortadura en la piel o con los ojos o la boca.
Las personas en riesgo de hepatitis C son aquellas que:

  •         Se inyectan drogas ilícitas o comparten agujas con alguien que tiene hepatitis C.
  •         Han estado sometidas a diálisis renal durante mucho tiempo.
  •      Tienen contacto frecuente con sangre en su trabajo (por ejemplo, un trabajador de la salud).
  •         Tienen relaciones sexuales sin protección con una persona que padece hepatitis C.
  •         Nacieron de una madre infectada con hepatitis C.
  •  Les hicieron un tatuaje o acupuntura con agujas que no se desinfectaron apropiadamente después de haber sido utilizadas en otra persona.
  •          Recibieron un trasplante de órganos de un donante con hepatitis C.
  •        Comparten elementos de uso personal, como cepillos de dientes o máquinas de afeitar, con alguien que tiene hepatitis C (menos común).
  •    Recibieron una transfusión de sangre (rara en los Estados Unidos desde que los análisis de sangre se comenzaron a usar en 1992). 

Síntomas

La mayoría de las personas que estuvieron recientemente infectadas con hepatitis C no tienen síntomas. Algunas personas presentan amarillamiento de la piel (ictericia) que desaparece. La infección crónica por lo general no causa síntomas, pero se puede presentar cansancio, trastornos cutáneos y otros problemas. Las personas que tienen una infección prolongada (crónica) a menudo no tienen síntomas hasta que su hígado presenta cicatrización (cirrosis). La mayoría de las personas con esta afección están enfermas y tienen muchos problemas de salud.

Los siguientes síntomas se pueden presentar con la infección debida a hepatitis C:
·         Dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen
·         Hinchazón abdominal debido a líquido (ascitis)
·         Heces de color arcilla o pálidas
  •        Orina turbia
  •         Fatiga
  •        Fiebre
  •    Nauseas
  •         Picazón
  •        Inapetencia

Pruebas y exámenes

Se hacen exámenes de sangre para verificar si hay hepatitis C:
·         Enzimoinmunoanálisis (EIA) para detectar anticuerpos contra la hepatitis C.
·         Análisis del ARN para hepatitis C con el fin de medir los niveles del virus (carga viral).
Todas las personas nacidas entre 1945 y 1965 (la generación del "boom de la natalidad")  se deben hacer el examen único para hepatitis C.
Se hacen pruebas genéticas para verificar el tipo de la hepatitis C (genotipo). Existen seis tipos del virus (genotipos del 1 al 6). Los resultados de los exámenes le pueden ayudar a su proveedor de atención médica a escoger el mejor tratamiento para usted.
Los siguientes exámenes se hacen para identificar y monitorear el daño hepático a causa de la hepatitis C:

  •          Nivel de albúmina
  •          Pruebas de la función hepática
  •          Tiempo de protrombina
  •          Biopsia del hígado 

Tratamiento

Usted debe hablar con su proveedor de atención médica sobre sus opciones de tratamiento y cuándo debe comenzar el tratamiento.
·         La meta del tratamiento es eliminar el virus del cuerpo. Esto puede prevenir daño hepático que puede provocar insuficiencia hepática o cáncer en el hígado.
·         Su proveedor de atención médica lo vigilará usando pruebas sanguíneas del hígado, carga viral (la cantidad de VCH en su sangre), exámenes de imagenología y resultados de biopsias.
·         El tratamiento es especialmente importante para las personas que están mostrando señales de fibrosis o cicatrización hepática.
  1. Las medicinas que se usan para tratar la hepatitis C se llaman medicamentos antivirales porque atacan el VCH. Los medicamentos antivirales más nuevos:
  2.  Proporcionan un índice de curación mejorado
  3. Tienen menos efectos secundarios y son más fáciles de tomar
  4.  Se toman por vía oral de 12 a 24 semanas
  5. La decisión de cuál medicamento debe tomar depende del genotipo del virus que usted tenga.

Un trasplante de hígado se puede recomendar para personas que desarrollen cirrosis y cáncer de hígado. Su proveedor de atención médica puede darle más información sobre dicho trasplante.
Si usted tiene hepatitis C:
·         No tome medicamentos de venta libre que no haya tomado antes sin consultar antes con su proveedor de atención médica. También pregunte acerca de las vitaminas y otros suplementos.
·     No consuma alcohol ni drogas ilegales. El alcohol puede acelerar el daño a su hígado e igualmente puede reducir la eficacia de los medicamentos.
·         Pregúntele a su proveedor de atención médica si necesita vacunas para la hepatitis A y B.

Grupos de apoyo

Unirse a un grupo de apoyo puede ayudar a aliviar el estrés de padecer hepatitis C. Pregúntele a su proveedor de atención médica respecto a los grupos de apoyo y recursos para la enfermedad hepática en su área.

Expectativas (pronóstico)

La mayoría de las personas (del 75 al 85%) con infección de hepatitis C tienen la forma crónica. Esta afección tiene un riesgo de padecer cirrosis, cáncer de hígado o ambos. El desenlace clínico de la hepatitis C depende en parte del genotipo.
Una buena respuesta al tratamiento se produce cuando el virus ya no se detecta en la sangre después de 12 semanas o más de tratamiento. Esto se conoce como "respuesta virológica sostenida" (RVS). Hasta el 90% de las personas tratadas por algún genotipo tienen esta respuesta. Algunas personas no responden al tratamiento inicial. Puede ser necesario tratarlas de nuevo con medicamentos distintos.

Prevención

Las medidas que se pueden tomar para prevenir la propagación de la hepatitis C de una persona a otra incluyen: 
·         Los trabajadores de salud deben tener precauciones al manipular sangre.
·         No comparta agujas con nadie.
·      No se haga tatuajes ni perforaciones corporales, ni tampoco reciba acupuntura de alguien que no tenga un permiso o licencia.
·         No comparta artículos personales como cuchillas de afeitar y cepillos de dientes.
·         Practique las relaciones sexuales con precaución.
El virus de la hepatitis C no se contagia por contacto casual, como tomarse de las manos, besarse, toser o estornudar, amamantar, compartir utensilios de comida o vasos para beber. Actualmente no existe ninguna vacuna para la hepatitis C.

Diagnóstico del Hepatitis C Mediante una prueba

Hepatitis C (Anti-HCV)
Toma de muestras y almacenamiento
1).Tome una muestra de sangre entera, suero o plasma siguiendo los procedimientos normales de laboratorio clínico.

2).Almacenamiento: Las muestras deben ser refrigeradas en caso de que no se usen el mismo día de su recolección. Puede agregarse 0.1% de acida de sodio a la muestra como preservativo sin afectar los resultados de la prueba.

 ANTES DE HACER LA PRUEBA 

1).Lleve el dispositivo, el diluyente de muestra y las muestras a temperatura ambiente.

2).Remueva el casete de prueba del empaque sellado. 

Procedimiento de la prueba
No abra la bolsa hasta que esté listo para hacer la prueba.

Para casetes de prueba:

1. Utilizando el gotero de plástico que se incluye, coloque 1 gota (10µl) de muestra de sangre entera, suero o plasma en el orificio marcado con la letra "S" del casete de prueba de acuerdo a la figura.

2. Después agregue dos gotas de diluyente de muestra en el orificio marcado con la letra "D".

3. Interprete los resultados en 15 minutos.

Nota:
1. En esencial aplicar una cantidad suficiente de diluyente de muestra para un resultado válido de la prueba. Si después de un minuto, la migración (la humectación de membrana) no se observa en la ventanilla de la prueba, agregue una gota más de diluyente de muestra.

2. Los resultados positivos podrían aparecer en 1 minuto en el caso de una muestra con altos niveles de anticuerpos HCV.

3. No interprete el resultado después de 20 minutos.


Lectura de resultados

Positivo: Aparece una línea roja púrpura en el área de prueba y una línea roja púrpura en el área de control de la membrana. Entre más baja sea la concentración del anticuerpo, más débil será la línea de prueba.

Negativo: Sólo aparece una línea roja púrpura en el área de control de la membrana. La ausencia de línea en el área de prueba indica un resultado negativo.

Inválido: Siempre debe aparecer una línea roja púrpura en el área de control, sin importar cuál sea el resultado de la prueba. En caso de que no aparezca la línea de control, el resultado debe considerarse inválido. Intente de nuevo con una nueva prueba.

Nota: Es normal que aparezca una línea de control ligeramente débil con muestras positivas muy fuertes, siempre y cuando sea claramente visible.

Limitaciones

1). Sólo las muestras que sean claras y con buena fluidez se pueden utilizar en esta prueba.

2). Es mejor utilizar una muestra fresca; sin embargo, también es posible utilizar muestras refrigeradas.

3). No agite la muestra. Inserte una pipeta justo debajo de la superficie de la muestra para tomar un poco de la muestra.

Advertencias y precauciones


1. Todos los resultados positivos deben confirmarse con un método alterno.
2. Trate todas las muestras como potencialmente infecciosas. Utilice guantes y vestimenta de protección siempre que esté en contacto con las muestras.
3. Los dispositivos que se utilicen para las pruebas deberán ser esterilizados antes de su desecho.
4. No utilizar los materiales del paquete después de su fecha de vencimiento.
5. No intercambie reactivos de lotes diferentes.

Hepatitis B

La hepatitis B es una infección hepática potencialmente mortal causada por el virus de la hepatitis B (VHB). Constituye un importante problema de salud a nivel mundial. Puede causar hepatopatía crónica y conlleva un alto riesgo de muerte por cirrosis y cáncer hepático.

Desde 1982 se dispone de una vacuna contra la hepatitis B con una eficacia del 95% en la prevención de la infección y la aparición de una enfermedad crónica y cáncer de hígado debido a la hepatitis B.

Distribución geográfica

La máxima prevalencia de la hepatitis B se registra en el África subsahariana y Asia oriental, regiones en las que entre el 5% y el 10% de la población adulta está infectada de forma crónica. También hay tasas elevadas de infección crónica en la cuenca del Amazonas y en partes meridionales de Europa oriental y central. Se calcula que entre un 2% y un 5% de la población del Oriente Medio y el subcontinente indio padece infección crónica. En Europa occidental y América del Norte menos del 1% de la población padece infección crónica.

Transmisión

El virus de la hepatitis B puede sobrevivir fuera del organismo por lo menos siete días. En ese periodo todavía puede causar infección si penetra en el organismo de una persona no protegida por la vacuna. El periodo medio de incubación de la hepatitis B es de 75 días, pero puede oscilar entre 30 y 180 días. El virus, que puede detectarse entre 30 y 60 días después de la infección, puede persistir y dar lugar a una hepatitis B crónica.

La exposición puede ocurrir: 
Después de un pinchazo con una aguja o lesiones con objetos corto punzantes.
Si hay contacto de sangre u otro fluido corporal con la piel, los ojos o la boca, o llagas abiertas o cortadas.

Las personas que pueden estar en riesgo de contraer hepatitis B son las que:
  • ·         Tienen relaciones sexuales sin protección con una pareja infectada.
  • ·         Reciben transfusiones de sangre (no es común en los Estados Unidos).
  • ·         Tienen contacto con sangre en el trabajo.
  • ·         Han estado sometidas a diálisis renal por largo tiempo.
  • ·         Se hacen un tatuaje o acupuntura con agujas contaminadas.
  • ·         Comparten agujas durante el consumo de drogas.
  • ·         Comparten artículos personales (como cepillo de dientes, maquinilla de afeitar y cortaúñas) con una persona que tiene el virus.
  • ·         Nacieron de una madre infectada con hepatitis B.


Síntomas

La mayor parte de los afectados no experimentan síntomas durante la fase de infección aguda, aunque algunas personas presentan un cuadro agudo con síntomas que duran varias semanas e incluyen:
  • ·         Inapetencia
  • ·         Fatiga
  • ·         Febrícula
  • ·         Dolores musculares y articulares
  • ·         Náuseas y vómitos
  • ·         Piel amarilla y orina turbia

Los síntomas desaparecerán en unas cuantas semanas a meses si su cuerpo es capaz de combatir la infección. Algunas personas nunca se libran del VHB. Esto se conoce como hepatitis B crónica. 


Diagnóstico

Las manifestaciones clínicas no permiten diferenciar la hepatitis B de la hepatitis causada por otros agentes virales y, consiguientemente, es esencial la confirmación del diagnóstico en laboratorio. Se dispone de algunas pruebas de sangre para diagnosticar la hepatitis B y hacer el seguimiento de los pacientes. Mediante esas pruebas se pueden distinguir las infecciones agudas y las crónicas. El diagnóstico de laboratorio de la hepatitis B se centra en la detección del antígeno superficial del virus de la hepatitis B (HBsAg). La OMS recomienda que se analicen todas las donaciones de sangre para detectar la infección, garantizar la seguridad de la sangre y evitar la transmisión accidental del virus a los receptores.

Tratamiento


No hay un tratamiento específico contra la hepatitis B aguda. Por tanto, la atención se centra en mantener el bienestar y un equilibrio nutricional adecuado, especialmente la reposición de los líquidos perdidos por los vómitos y la diarrea. La infección crónica por el virus de la hepatitis B puede tratarse con fármacos, en particular agentes antivirales orales. El tratamiento puede ralentizar el avance de la cirrosis, reducir la incidencia de cáncer de hígado y mejorar la supervivencia a largo plazo.
La OMS recomienda la administración de tratamientos orales (tenofovir o entecavir) porque son los fármacos más potentes para suprimir el virus de la hepatitis B. Rara vez desembocan en farmacorresistencia en comparación con otros fármacos, son fáciles de tomar (1 pastilla al día) y tienen pocos efectos secundarios, por lo que solo exigen un seguimiento limitado.

Prevención

La vacuna contra la hepatitis B es el principal pilar de la prevención de esa enfermedad. La OMS recomienda que se administre a todos los lactantes lo antes posible tras el nacimiento, preferentemente en las primeras 24 horas.
La dosis inicial deberá ir seguida de dos o tres dosis para completar la serie primaria. En la mayoría de los casos se considera apropiada cualquiera de las dos opciones siguientes:
Tres dosis de la vacuna; la primera (monovalente) al nacer, y las dos subsiguientes (monovalentes o combinadas) al mismo tiempo que las dosis primera y tercera de la vacuna contra la difteria, la tos ferina y el tétanos (DTP); o cuatro dosis de la vacuna; la primera (monovalente) al nacer, y las tres subsiguientes (monovalentes o combinadas) al mismo tiempo que otras vacunas infantiles sistemáticas.

Diagnóstico de Hepatitis B mediante SD Rapid Test

La prueba SD BIOLINE HBsAg es un inmunoensayo cromatográfico para determinación cualitativa del antígeno de la superficie de hepatitis B en plasma o suero.
Esta prueba está diseñada para su uso profesional como ayuda del diagnóstico de hepatitis B. La prueba SD BIOLINE HBsAg puede identificar el  HBsAg en muestra de plasma o suero con un alto grado de sensibilidad. La sensibilidad de la prueba es de 1ng/ml (ad/ay) utilizando control de laboratorio.

Materiales suministrados
El kit de la prueba SD BIOLINE HBsAg contiene los siguientes ítems para realizar el ensayo:
  • Tira de prueba de SD BIOLINE HBsAg
  • Instrucciones para el uso.

Precaución
SD BIOLINE HBsAg debe mantenerse a temperatura ambiente. La tira de prueba es sensible tanto a la humedad como al calor. Realice la prueba inmediatamente después de haber sacado la tira de prueba de la bolsa de papel aluminio. No la use después de tiempo de expiración.

Recolección y almacenamiento de muestras
  1. La prueba se puede realizar utilizando plasma o suero humanos.
  2. Si no se realiza pruebas de las muestras inmediatamente, deben mantenerse refrigeradas a 2 -  8 °C. Para periodos de almacenamiento mayores a 3 días, se recomienda la congelación.
  3. Es posible que las muestras que contengan precipitado arrojen resultados inconsistentes en la prueba. Tales muestras deben aclararse antes del ensayo.


Advertencia
  1. Para uso de diagnóstico in-vitro solamente.
  2. No ingerir alimentos ni fumar mientras se manipulan las muestras.
  3. Utilizar guantes protectores mientras se manejan las muestras. Lavarse las manos completamente después de la manipulación de muestras.
  4. Evitar salpicaduras y formación de aerosoles.
  5. Limpiar los derrames totalmente utilizando un desinfectante adecuado.
  6. Descontaminar y manejar todas las muestras, kit de reacción y materiales potencialmente contaminados, como si fuese desechos infecciosos, todo dentro de un recipiente de Biopeligrosidad.
  7. Abstenerse de utilizar el kit de prueba cuando la bolsa se encuentre averiada o el sello este roto.

Procedimiento de la prueba
  1. Retirar el dispositivo de prueba de la bolsa que contiene el papel de aluminio y colocar sobre una superficie plana y seca.
  2. Agregar 100 ul de muestra al pozo de muestras.
  3. A medida que empiece a operar la prueba usted podrá observar movimiento de color purpura por la ventana de resultados en el centro del dispositivo de prueba.
  4. Interprete los resultados a los 20 minutos.
  5. Un resultado positivo no cambiará después de los 20 minutos. Sin embargo, para evitar cualquier resultado inválido el resultado de la prueba no debe ser interpretado después de 30 minutos.

Interpretación de la prueba
  1. Aparecerá una banda de color en la sección izquierda de la ventana de resultados que indica que la muestra está funcionando adecuadamente. Esta banda se conoce como banda de control.
  2. En la sección inferior si la ventanilla de resultados indica los resultados de la prueba, si aparece otra banda de color en la sección inferior de la ventana de resultado,  esta banda es la banda de prueba.


Resultados negativos: La presencia de tan solo una banda de color purpura dentro de la ventana de resultados indica condiciones de resultados negativos.

Resultados positivos: La presencia de no menos de dos bandas de color dentro de la ventana de resultados, independientemente de que la banda aparezca en primer lugar, indicará un resultado positivo.

Resultados inválidos: Si la barra de color purpura no es visible dentro de la ventana de resultados después de realizar la prueba, el resultado se considera como no valido. Es posible que no se hayan puesto en práctica las instrucciones correctamente, o que la prueba se hubiese deteriorado. Se recomienda aplicar nuevamente la prueba  a la muestra.

Limitaciones de la Prueba

Un resultado negativo no excluye la posibilidad de infección con HBV se requieren otras pruebas clínicamente disponibles si obtienen resultados cuestionables. Como ocurre con todos los test para diagnóstico, el diagnóstico clínico no debe basarse en resultados de una sola prueba, sino que debe ser hecho por el médico luego de haberse evaluado todos los hallazgos clínicos y de laboratorio.

Anemia


La anemia es una enfermedad en la que la sangre tiene menos glóbulos rojos de lo normal. También se presenta anemia cuando los glóbulos rojos no contienen suficiente hemoglobina. La hemoglobina es una proteína rica en hierro que le da a la sangre el color rojo. La sangre es un líquido esencial para la vida que el corazón bombea constantemente por todo el cuerpo a través de las venas y las arterias.
Cuando hay algo malo en la sangre, puede afectar la salud y la calidad de vida.  Hay muchos tipos de anemia, como la anemia por deficiencia de hierro, la anemia perniciosa, la anemia aplásica y la anemia hemolítica. Los distintos tipos de anemia tienen relación con diversas enfermedades y problemas de salud.

La anemia puede afectar a personas de todas las edades, razas y grupos étnicos. Algunos tipos de anemia son muy comunes y otros son muy raros. Unos son muy leves y otros son graves o incluso mortales si no se hace un tratamiento enérgico. Lo bueno es que a menudo la anemia se puede tratar con éxito y hasta prevenir.


¿Cuáles son las causas de la anemia?

La anemia se presenta si el organismo produce muy pocos glóbulos rojos, si destruye demasiados glóbulos rojos o si pierde demasiados glóbulos rojos. Los glóbulos rojos contienen hemoglobina, una proteína que transporta oxígeno por todo el cuerpo. Cuando  no se tienen suficientes glóbulos rojos o la cantidad de hemoglobina que tiene en la sangre es baja, su organismo no recibe todo el oxígeno que necesita. Como resultado, una apersona puede sentirse cansada o tener otros síntomas.

En ciertos tipos de anemia, como la anemia aplásica, el organismo tampoco cuenta con un número suficiente de otros tipos de células de la sangre, como leucocitos y plaquetas. Los leucocitos le ayudan al sistema inmunitario a luchar contra las infecciones. Las plaquetas contribuyen a la coagulación de la sangre, que sirve para detener el sangrado.

El cuerpo necesita ciertas vitaminas, minerales y nutrientes para producir suficientes glóbulos rojos. El hierro, la vitamina B12 y el ácido fólico son tres de los más importantes. Es posible que el cuerpo no tenga suficiente de estos nutrientes debido a:
  • Cambios en el revestimiento del estómago o los intestinos que afectan la forma como se absorben los nutrientes (por ejemplo, la celiaquía).
  • Alimentación deficiente.
  • Pérdida lenta de sangre (por ejemplo, por periodos menstruales abundantes o úlceras gástricas).
  • Cirugía en la que se extirpa parte del estómago o los intestinos.

Las posibles causas de anemia incluyen:
  • Ciertos medicamentos.
  • Destrucción de los glóbulos rojos antes de lo normal (lo cual puede ser causado por problemas con el sistema inmunitario)
  • Enfermedades prolongadas (crónicas), como cáncer, colitis ulcerativa o artritis reumatoidea.
  • Embarazo.
  • Problemas con la médula ósea, como linfoma, leucemia, mielodisplasia, mieloma múltiple oanemia aplásica.

Las causas de la anemia también pueden ser adquiridas o hereditarias. “Adquirido” significa que uno no nace con un problema de salud, sino que lo presenta más adelante. “Hereditario” significa que sus padres le transmiten el gen del problema de salud. A veces la causa de la anemia no se conoce.


Posibles signos y síntomas de la anemia

  • Cansancio o debilidad
  • Piel pálida o amarillenta
  • Desaliento o mareo
  • Sed en exceso
  • Sudor
  • Pulso débil y rápido; respiración rápida
  • Sensación de falta de aliento
  • Calambres en la parte inferior de las piernas
  • Síntomas de problemas del corazón
  • Uñas quebradizas

Cómo prevenir o controlar la anemia

Algunos tipos de anemia pueden prevenirse, como los provocados por la dieta. Uno mismo puede ayudar a prevenir este tipo de anemia aumentando la cantidad de hierro en su dieta.

Consuma una alimentación saludable

Al consumir una alimentación saludable se asegura de obtener una cantidad suficiente de los nutrientes que su cuerpo necesita para producir células sanguíneas sanas. Entre estos nutrientes se cuentan el hierro, la vitamina B12, el ácido fólico y la vitamina C. Estos nutrientes se encuentran en una amplia gama de alimentos. Una alimentación sana también es buena para la salud en general. Estos son los principios de una alimentación sana:
  1. Consumir alimentos y bebidas que contengan muchos nutrientes: verduras, frutas, cereales integrales, productos lácteos descremados o con bajo contenido de grasas, mariscos, carnes magras y aves, huevos, frijoles, guisantes (arvejas), nueces y semillas.
  2. Limitar el consumo de sal, grasas sólidas, azúcares agregados y granos refinados.
  3. Mantenerse en un peso sano equilibrando las calorías que recibe de alimentos y bebidas con las que gasta en la actividad física.
  4. Cumplir las normas de seguridad al preparar y consumir las comidas para reducir el riesgo de presentar enfermedades de origen alimentario.

Examen médico

El médico le hará un examen para determinar qué tan grave es la anemia e investigar las posibles causas. El examen médico puede consistir en lo siguiente:
  • Oír el corazón para ver si los latidos son rápidos o irregulares
  • Oír los pulmones para ver si la respiración es rápida o irregular
  • Palpar el abdomen para ver el tamaño del hígado y del bazo

El médico también puede hacerle un examen pélvico o rectal para buscar fuentes comunes de pérdida de sangre.

Pruebas y procedimientos diagnósticos

Es posible que tenga que hacerse varias pruebas de sangre y otros análisis o procedimientos para averiguar qué tipo de anemia tiene y qué tan grave es.

Hemograma completo

Por lo general, la primera prueba que se usa para diagnosticar la anemia es un hemograma completo, en el que se examinan diferentes partes de la sangre.
En el hemograma se determinan los niveles de la hemoglobina y el hematocrito. La hemoglobina es la proteína rica en hierro que se encuentra dentro de los glóbulos rojos y que transporta el oxígeno por el cuerpo. El hematocrito es una medida del porcentaje de la sangre representado por los glóbulos rojos. Un valor bajo de hemoglobina o de hematocrito es un signo de anemia.

El intervalo normal de estos valores podría ser más bajo en ciertas poblaciones raciales y étnicas. El médico puede explicarle los resultados de sus pruebas.
En el hemograma también se determina la cantidad de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas de la sangre. Los resultados anormales pueden ser un signo de anemia, de otro trastorno de la sangre, de una infección o de otra enfermedad.

Por último, en el hemograma se determina el volumen corpuscular medio (VCM). El VCM es una medida del tamaño promedio de los glóbulos rojos y constituye una pista de la causa de la anemia. Por ejemplo, en la anemia por deficiencia de hierro los glóbulos rojos por lo general son más pequeños de lo normal.
Otras pruebas y procedimientos

Si los resultados del hemograma muestran que usted tiene anemia, es posible que necesite otras pruebas, como:
Electroforesis de hemoglobina: Esta prueba evalúa los diferentes tipos de hemoglobina que hay en la sangre. Puede servir para diagnosticar el tipo de anemia.

Recuento de reticulocitos: Esta prueba determina la cantidad de glóbulos rojos inmaduros (reticulocitos) de la sangre. Muestra si la médula ósea está produciendo glóbulos rojos a la velocidad adecuada.

Como la anemia tiene muchas causas, podrían también hacerle pruebas para enfermedades como la insuficiencia renal, la intoxicación por plomo (en niños) y las carencias de vitaminas (B12, ácido fólico).

Si el médico cree que usted tiene anemia debido a sangrado interno, quizá le ordene varias pruebas para investigar el origen del sangrado. En el consultorio del médico o en su casa podrían hacerle una prueba para ver si tiene sangre en la materia fecal. El médico puede darle un kit o estuche para que recoja una muestra de materia fecal en casa y le dirá que la lleve al consultorio o la envíe a un laboratorio.

Si se halla sangre en la materia fecal, tal vez le hagan otras pruebas para determinar el origen del sangrado. Una de esas pruebas es la endoscopia, en la que se usa un tubo con una cámara diminuta para examinar la capa interna del tubo digestivo.

El médico puede querer hacerle pruebas de la médula ósea. Estas pruebas muestran si la médula ósea está sana y produce suficientes células de la sangre.